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viernes, septiembre 09, 2011

Contestaciones a las Violencias contra las Mujeres. Cyborgs, performances y fanzines

Nuestra invitada de hoy es  Nathalia Castro Gómez
Quien publicó esta crónica en el proyecto de Crónicas de Mujeres: Encontrar valor para continuar viviendo, una serie de 7 crónicas sobre violencias contra las mujeres. Una producción de la Corporación Vamos Mujer.

Contestaciones a las Violencias contra las Mujeres.  
Cyborgs, performances y fanzines

Escena I Ms. Yonqui: Aparición del Cyborg[1]

Cuerpo que existe en un lugar con hilos y trasfondos misteriosos.
Cuerpo color verde limón.
Cuerpo digital.
Cuerpo deseo.
Cuerpo con ecos de fantasía de gramáticas femeninas.
Cuerpo con una política descifrada por otras para nombrar esto que hacemos en espacios inventados para decir.
Quería decir, tener un lugar donde poner mis tonos, mis pulsiones y mis intuiciones.
Allá afuera, en lo tangible, todo es sonidos y olores que no elijo, que llegan cuando subo al bus, cuando camino buscando.

Es domingo y las nubes se desmenuzan anunciando otra tarde de calor en Cali. Las calles están vacías, las vitrinas de los centros comerciales atestadas de cuerpos que vibran con el scratchde la caja registradora. Si salieran de allí sus prótesis sintéticas comenzarían a sudar y un río espeso inundaría las calles de esta ciudad negra y esquiva, frívola y sedienta, acelerada y robada.
Mientras tanto, una muchacha camina buscando pistas para descifrar su propio cuerpo. Suda y le gusta. Se sabe despeinada y le gusta. Se detiene cuando quiere y le gusta. En realidad no va a ninguna parte, sólo recoge trozos de poemas que después urdirá en una tela digital, ese universo-otro donde su cuerpo es un Cyborg que descose los circuitos electrónicos para desmaterializar-se en palabra femenina, palabra que se sumerge en el adentro y así, íntima y habitada, cuenta. Alrededor nadie sabe que la muchacha es un Cyborg, y ese desconocido secreto le da ímpetu para seguir caminando.­­
La intuición la guía por la Avenida 2da Norte. De repente, una mancha blanca enceguece sus ojos: un vestido se mece al viento sostenido por hilos invisibles.
                         "...un espejismo de medio día caleño, una alucinación tropical"
Piensa mientras se acerca tímidamente a la acera adoquinada de la iglesia del Berchman's. Señores de más de 60 años con guayaberas pálidas y autoridad en los ojos, señoras con vestidos de domingo y cansancio en las manos, salen de misa de 12 conformando una diminuta multitud. La señorita Cyborg, que hace cinco pasos hizo un conjuro para volverse invisible, escoge un borde del andén y se sienta a esperar que algo ocurra.

Escena II Trágica y Blasfema: Crónica de un Espanto

La escoba tiene puesto un traje de primera comunión sostenido por un gancho de ropa metálico. El sol se escurre sobre un costado del vestido, el viento juega con los pliegues provocando una danza inmutable, corpórea, hermosa y delirante. El baile se agita y la escoba cae al suelo. Entre la diminuta multitud que traspasa el portal de la iglesia aparece un hombre de estatura pequeña vestido con gorra y camuflado militar. Mira a la escoba con falda que no tiene rostro ni nombre. Se saborea ante un cuerpo que puede ser tragado, engullido, insultado. La levanta y aprieta con violencia. Siente el poder que le otorga su arma, su anillo de oro, su bigote, su rango militar. De repente saca una pistola. No tan de repente su falo. Menos de repente la viola.
Gime. La golpea. Dispara.
((Pum))
Silencio…
El vestido cae nuevamente al suelo, esta vez en cámara lenta. Ahora el hombre se quita desesperadamente la camisa y pueden verse los senos de una mujer. Se saca los pantalones y aparecen dos piernas envueltas en medias de nylon blancas. Así se convierte, con un artilugiodragkin, en la mujer que acaba de ser violada. Ella levanta la escoba del suelo y se pone el vestido de niña dotándolo de cuerpo, historia y dolor. Está embarazada y golpea con furia su vientre. Aúlla al cielo que insiste en mantenerse azul, llora, se sacude, es animal y grotesca. Recoge el gancho de alambre y se lo mete entre piernas. Las medias blancas se tiñen de rojo. Otro grito. Una muñeca sale de su vagina pendiendo de una cabuya que simula un cordón umbilical; la toma con las manos, la restriega contra el vestido manchado de sangre dolor y sangre tragedia, la pasa por su cara, por su boca y por su piel. Ahora deambula con su aborto a rastras, espanto que amenaza con regresar para gritar su blasfemia.
El espanto se aleja pasando por el lado de la señorita Cyborg que ahora está triste y se seca las lágrimas con los dedos. Ella y una lunática recicladora, quizá desterrada de Buenaventura, son las únicas personas que quisieron ser su público, los feligreses no eligieron ver ese show profano y ahora se deslizan con pasos cansados hasta el centro comercial de la próxima esquina.  Las desconocidas, espanto y Cyborg, se miran con complicidad. Mientras se aleja, ella se para del andén, enciende un cigarrillo y decide seguirla.
                        Caminan juntas.

Depuración

"Estas son las nuevas teatralidades: el performance es la acción que subvierte las acciones cotidianas, las acciones esperadas y las acciones publicitadas en televisión. Cuándo esas acciones que estamos acostumbradxs a ver y a vivir se decodifican y se ponen en espacios poco convencionales, cumplen un papel muy subversivo y atrayente para el espectador
y para quien lo está creando"
Pilar Restrepo[2]

El espanto aún tiene puesto el vestido manchado de sangre y camina por la Avenida del Río, la muchacha de falda con colores metálicos y el cigarro consumido por el viento, la sigue buscando señuelos.

Quise representar la tragedia que viven las mujeres que son violadas y no pueden abortar porqué, a pesar de que existe una sentencia de la Corte Constitucional[3], hay todo un aparato que penaliza moral y judicialmente la decisión de interrumpir voluntariamente el embarazo, aún cuando es resultado de situaciones extremadamente dramáticas. ¿Cómo exigir a una mujer tener un hijo de los paramilitares que masacraron al pueblo y después la violaron? La guerra es el paroxismo de la violencia contra las mujeres, sin embargo hay otras historias anónimas y cotidianas: una mujer que aborta puede ser una prostituta ¿y por qué tiene que ser menos dramático?, es un hijo que no quieres tener. Además, no todas las violaciones se cometen con armas, hay mitos y formas sutiles para presionar a las mujeres, entonces terminamos acostándonos con alguien así no deseemos porque no queremos que se hable o piense de nosotras, porque hay una censura social, porque da miedo decir NO.

Dice el diccionario que la raíz griega de la palabra tragedia es: canto del macho cabrío. Para mí, esto significa que la tragedia es el daño hecho por el hombre. Igual que en las tragedias griegas, el hombre funda su honor en la guerra, no por ser hombres sino por ser machos. El principio masculino se impuso sobre la vida así, trágicamente, asesinando, humillando, violando, torturando...Ser mujer en el patriarcado es una Tragedia, vivirlo con felicidad y generar otras experiencias es una Blasfemia, así soy: Trágica y Blasfema.

Ella, Cyborg, evoca historias pasadas, ecos de fantasías, su mente viaja, recuerda y siente a cientos de mujeres más que en la década del 70 adoptaron el performance como forma de contestación política y estética.

            Suena un celular en su mochila.

En conexión cósmica es Cris Suaza, sorprendida le cuenta todas las revelaciones que una tarde caliente de domingo le deparan a una Cyborg.
Nosotras nos disfrazamos, pintamos, hicimos máscaras de nuestra propia cara con papel. Hicimos un papagayo que salía en todas las manifestaciones y a veces pequeños actos de expresión callejera que después se volvieron permanentes. Finalizando los años 70 hicimos una marcha de antorchas en Bogotá por el derecho a la noche. Si bien es cierto que había grupos importantes como La Candelaria, el aprendizaje que hicimos fue que no tenías que ser una gran actriz o una gran pintora para participar, lo importante era no tenerle miedo[4].

El cuerpo, la maternidad, el trabajo doméstico, la violación, la menstruación, la sexualidad, la exclusión de las mujeres de los campos de saber, comunicación y poder fueron algunos temas abordados por artistas que contestaron a la discriminación con la creación de círculos y escuelas de arte feminista. Recuerdan a Mónica Mayer, artista mexicana que hizo parte de The Woman's Building de Los Ángeles y fundó el primer grupo de arte mexicano Polvo de Gallina Negra, cuentan como el performance se convirtió en elemento de contestación política, especialmente en México en la década del 80[5].

En Colombia, el uso del performance para evidenciar y teatralizar las violencias contra las mujeres, se remite a las acciones que en las década del 70 y 80 organizaron los grupos feministas alrededor de temas como la violencia doméstica, la libre opción de la maternidad, el trabajo, la sexualidad y muchos otros, en su mayoría explorados en pequeños grupos de trabajo donde la autoconciencia se imbricaba con el performance y la exploración de lenguajes propios.

Ya no busca pistas, pues estas vienen a ella, sigue sudando, despeinada, todavía leilustra5 gusta, pero ahora está inquieta por su interior que escudriña en cautiverios propios, heredados sin saberlo y ajenos en su esencia. Su urdimbre digital se convierte en su herramienta de liberación, de reconocimiento con "otras", de explosión y comunicación. Ahora es ella quién decide quién es, su papel, libreto y desenlace.

Se detiene cuando quiere y le gusta. Llega el ocaso, sigue sin rumbo descosiendo los circuitos electrónicos, sólo el espanto ha descubierto que ella es una Cyborg, su intención se mantiene, ser desapercibida.
Disfruta la noche, su magia, conspiración y personajes noctámbulos.
Escena III Desabrochada y Sin Pudor: ¿Quiénes son esas muchachas?
"La creatividad es fuente de resistencia para las mujeres.
Resistencia que no cierra un problema, sino que al contrario,
lo abre, pone en juego experiencias nuevas".
Ana M. Collado[6]
7:13 pm, Barrio San Antonio, vestigios del pasado, multitud ajena y muchachada en busca de aventuras.
                        Amiga, me da una Póker por favor.
Poetiza el tiempo con un peche, mientras disfruta conversaciones que llegan desde la cera del frente.
                        Amiga, me da dos Póker por favor.
Su mirada se desliza por las medias de malla de una de las punkeras que llegan un poco más sedientas de lo que ella llegó hace un par de minutos. Ahora la conversación que la Cyborg espía, le eriza la piel, celebra en sus adentros la complicidad cósmica entre tantas mujeres del mundo.
El fanzine[7]da cuenta del lema majestoso "hazlo tu misma";  en el discurso y la práctica feminista esto quiere decir que el aprendizaje se hace a través de la experiencia y a partir de ahí se válida, no de ningún canon o la pretensión de agradar  a otros. Además, hay un compromiso con copiar y difundir…a veces sin nombre porque la intención es que las ideas circulen más que lxs sujetos. Las ideas se liberan de acuerdo a los señuelos que vos has encontrado y te han servido.
Dos mujeres comparten una cerveza, le piden encendedor para prender un cigarro y así descubre que la de pelo azul se llama Desabrochada y la de medias de malla Sin Pudor.
Las tres sienten que una oleada de palabras se desliza de la garganta al corazón. Sonríen. Agitan sus bocas. Aceleran y disminuyen la velocidad. De vez en cuando Sin Pudor se detiene a contemplar los anuncios publicitarios de las paredes de la tienda y Desabrochada recoge flyersestrambóticos que guarda en el bolsillo de su chaqueta. Los reproches no escapan: señores que exageran la curvatura de las cejas cuando ven sus taches que destellan con el alumbrado público. Risas cómplices, las desobedientes anarquistas, con las manos untadas de pegante y las mochilas repletas de recortes de revista, vienen de una fotocopiadora barata, de barrio y discreta, ideal para reproducir su fanzine.
El espacio es el papel. El medio la imagen. La política la experiencia.  Decir, explorar, nombrar-se, re-conocer-se, partir de sí. Crear un medio para escribir sobre lo que late, libera y despierta. Las mujeres se han sumergido en la palabra para relatar, contar, historiar, gritar sus renuncias y resistencias frente al orden patriarcal; la escritura es una posibilidad de auto reconocimiento que en la praxis feminista representa ejercicios individuales y colectivos de creación de medios propios.
Le regalan un Rojo Pezón, Cyborg celebra su distribución gratuita sin más monedas que 3 iguales de $500 para el bus de vuelta a la casa. Lee las primeras líneas de está saturada publicación.
El rastro de la imposición; ese que huelo cuando las calles se restringen y el día ya no es peligroso. Es que ya ni la noche es peligrosa, ¡es mi cuerpo! el que según las voces es portador de un incentivo, el incitador. Aprendo formas para escapar, para protegerme. ¡Allá afuera nadie me cuida! Mi voz que grita en canciones nocturnas en medio de la calle se combina con la furia de mi mirada y el furibundo caminar de mi cuerpo frente a este mundo que parece odiar a las que como yo decidimos no dejarnos vencer.
Abre los ojos para distinguir las imágenes diminutas y extravagantes que componen este fanzine tejido con collage, láminas rasgadas, poesía, gritos y micro historias urbanas que se burlan de la violencia machista encubierta en los círculos políticos alternativos, increpan a los violadores y provocan a las mujeres a cicatrizar y rechazar lo que les molesta. Ellas, anónimas felices, se despojan de las simulaciones del lenguaje y dan nombre a las discriminaciones en una sociedad donde la violencia machista sigue siendo gestionada de manera superficial y se camufla en el orden de lo simbólico.
Los buses pasaron uno tras otro dejando una estela de gas carbónico. Perdida entre la multitud y el calor de la tarde, entre ideas de libros subrayados, blusas pegadas a las tetas y faldas vaporosas en medio de las piernas, sangro, como un animal herido sangro; por la vagina, por la boca, sangro mientras camino, duermo, me afeito, fumo, me baño. El que chista en la fila, el que azara en el bus, el que le pega a su novia y me dice Peluche, ninguno sabe que sangro. Si lo supieran seguro les daría asco.
Rojo Pezón es un Vomitorio Feminista que busca perturbar descolocando las prácticas de las publicaciones alternativas, no deja rastro y es imposible determinar una secuencia, sus números pasan del 20 al 10 y ½ burlándose del sentido patriarcal que acumula y jerarquiza. No hay afán por llegar o alcanzar, no se va tras ninguna utopía, no se contabiliza, es otro tiempo donde cobra importancia el espacio de creación y confianza entre mujeres.
La Cyborg evoca de nuevo a Cris y siente que viaja en una cápsula del tiempo donde las tramas se unen y la genealogía se urde con delicada seducción.
Yo no sé si sean fanzines, pero muchas publicaciones fueron hechas en reuniones, mientras unas hablaban otras dibujábamos, pegábamos, escribíamos, sacábamos copias porque no teníamos plata. Todas metíamos la mano para poner una frase, así sacamos Féminas Sapiens, una publicación que tuvo un solo número.
10:15 pm, las tres mujeres se despiden en el puente peatonal de la Calle Quinta con Carrera Trece.
La Cyborg cruza el puente peatonal, su figura funde con los ruidos de la noche.
Ella, tejedora de historias virtuales, psiconáuta del océano digital, creadora de su propia herramienta y revelaciones, y amante de las historias interminables descubre la conexión de la experimentación, la autoafirmación y la escritura femenina encarnada en el papel, el cuerpo y el ciberespacio. El espanto, Desabrochada y Sin Pudor comparten con ella un universo infinito de palabras, preguntas, experiencias, sueños, denuncias, gritos, escupas, representaciones, contestaciones, encuentros y celebraciones.
La política de la experiencia, la filosofía punk del hazlo tu misma, el ciberfeminismo y el perfomance permiten a cientos de mujeres contestar a las violencias a partir de la experiencia feminista del cuerpo y la elección de las identidades y soportes para contarse. El feminismo se hace cuerpo, papel, blog, performance, canción, noche, palabra, calle, grafiti y creación de gramáticas que proponen un orden simbólico a partir de la libertad y no de la sumisión.

Nathalia Castro Gómez
Licenciada en Historia de la Universidad del Valle. Ha tenido experiencia en procesos de investigación social cualitativa con perspectiva de género, derechos humanos, movimientos sociales e historia oral. Entre sus publicaciones encontramos Todos los pasos que al final serán mi vida. Voces y memorias femeninas del Concurso Historias Urbanas Contemporáneas 2007 de la Secretaría de Cultura y Turismo Municipal y Archivo Histórico de Cali; Voces de seis mujeres de la urbe de la Revista del grupo de investigación Cununo N°2 de la Universidad del Valle; yEn Buenas Manos – Agenda Regional de Periodistas de la Secretaría de Desarrollo Territorial de Santiago de Cali y la Fundación Mujer Arte y Vida – MAVI en 2010.


[1]El Cyborg es una figura icónica del movimiento ciberfeminista que irrumpió con la publicación en 1985 del "Manifiesto Cyborg" de Donna Haraway. Para Haraway el Cyborg es una encarnación blasfema y bastarda que permite la ocupación de espacios autónomos repletos de posibilidades para el cuerpo y las subjetividades; representa la alianza subversiva entre mujeres, máquinas y la nueva tecnología.
[2] Dramaturga feminista, fundadora del Teatro La Máscara y el cineclub Cinematria. Interior. Noche. Asomadas al balcón del Teatro La Máscara en el barrio San Antonio. Cali.
[3]En Colombia, la Corte Constitucional se pronunció a favor de la protección de los derechos humanos sexuales y reproductivos de las mujeres reconociendo en la Sentencia C-355 de 2006, que toda mujer tiene el derecho a decidir por una Interrupción Voluntaria del Embarazo en tres circunstancias: cuando es resultado de violencia sexual, cuando existen malformaciones fetales que hacen inviable la vida extrauterina o cuando la continuación del embarazo pone en peligro la vida de la mujer. Esta sentencia es resultado de más de 30 años de movilizaciones y acciones políticas, académicas y simbólicas del movimiento feminista.
[4] Cris Suaza, investigadora y tejedora de la historia del movimiento feminista en Colombia, poeta del tiempo, autora de Soñé Que Soñaba. Una crónica del movimiento feminista en Colombia de 1975 a 1982. 
[7] El fanzine es una publicación temática realizada por y para fanáticos, la abreviatura en inglés de fan's magazine (…) expresión  personal  -plástica o política- que no respeta los valores tradicionales de la publicación impresa (normas ortográficas, tipográficas, editoriales, comerciales y legales). Fernando Cardona. Una década de fanzines y publicaciones independiente en Cali.

Crónicas de Mujeres Encontrar valor para continuar viviendo
Una producción de la Corporación Vamos Mujer
Coordinación General: Sandra Valoyes Villa
Revisión de Textos: Patricia Nieto Nieto
Ilustraciones: Lina Rada Betancur
Apoya: Cordaid



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