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sábado, noviembre 01, 2008

más falos positivos



 

 Opinión
 31 Oct 2008
  El cascabel
 
Los falsos positivos
 
 
Por: Lola Salcedo Castañeda
 
Tomado de: www.elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/lola-salcedo-castaneda/columna87226-los-falsc

DEMASIADO FUERTE LO SUCEDIDO el pasado miércoles cuando al presidente Uribe le tocó aceptar, una vez más, que fue engañado por sus subalternos de la rama militar en relación a los desaparecidos de Soacha presentados como falsos positivos por un grupo de uniformados para obtener permisos y bonificaciones.
 
Sólo el llamar "positivo" a la muerte de una persona por parte del ejército regular, es suficiente para despelucar a cualquiera en un Estado democrático y civilista, como pretendemos tener.
 
 
No importa si es subversivo, terrorista o delincuente común: sigue siendo un ser humano y por tanto, sujeto de derecho: un juicio vertical y una pena inigualable. Pero ¿cadáveres a la lata? No. Así asesinen, masacren, violen, roben. Y mucho menos como resultado de la presión, al parecer insufrible, que les aplican desde arriba para demostrarnos que la política de seguridad democrática funciona bien.

Muy fuerte, repito, ver al Presidente desencajado y furibundo reconociendo la barbarie oficial, que no otra cosa es lo sucedido con esos pobres muchachos de Soacha y de muchos otros lugares del país, convertidos en guerrilleros por decisión de unos regulares. El caso del policía guajiro que recientemente denunció el asesinato a mansalva de su hermano no puede ser dejado suelto. Suma y ofrece un panorama desolador: es verdad lo que los defensores de derechos humanos del mundo denuncian e internamente se viene negando y descalificando ad infinitum. Y la nueva actitud no puede ser otra que asumir, poner pecho y corregir, dejando de lado el estribillo de las manzanas podridas, porque no son pocas sino una cosecha completa.

Estos sucesos de última hora nos conducen a otro cambio obligatorio e imperativo: las víctimas de los desmanes de las Fuerzas Militares tienen que ser incluidas en la ley de reparación en la que, hasta hoy, el gobierno Uribe se ha negado a reconocer como tales, porque no se puede tapar el Sol con un dedo. No puede venir otra cosa que una declaración amplia y decente de los derechos humanos de quienes han sido abusados y asesinados por portadores de las insignias de defensa y protección de los ciudadanos y el orden público, y la asunción de los costos de esa reivindicación, muy mínima, por cierto, para quienes no la podrán disfrutar porque están bajo tierra o desaparecidos, que es casi lo mismo.
 
Pero sus allegados viven y merecen recibir del Estado esa expiación no tanto por los pesos que les puedan dar (nunca serán igual a los mil millones que le dieron a un guerrillero por la mano de un comandante o a Isaza por traer a Lizcano) sino por la paz espiritual y la estabilidad mental que recuperarán tanto como el buen nombre de su familiar y el propio. Como ciudadanos tenemos la obligación indelegable e insustituible de hacerles saber, por intermedio del señor Presidente, lo avergonzados que estamos con la promesa de que no habrá un solo falso positivo más en Colombia, y que lo cumplan a saco. Y los senadores y representantes que nos encarnan tienen la obligación de llevar la iniciativa, completa, a Ley de la República: es lo menos si se quiere limpiar este pringo vergonzoso, porque untados estamos todos por acción o por omisión.

losalcas@hotmail.com
Lola Salcedo Castañeda
 
Comentarios de lectores
 
De: Laparca / Cali
 
La muerte nos ronda
si nos pagan bien
con permisos o billetes
vale poner unos cuantos cadáveres.
Que importa que nosotros tampoco
tengamos quien nos ronde la tumba
cuando seamos cadáveres.
Ya no habrá dolientes pero
tampoco dolidos.


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