En 2000, reconociendo la necesidad de hacer más para castigar la violación en la guerra, el Consejo de Seguridad adoptó nuevas medidas. El 31 de octubre de 2000, el Consejo aprobó la resolución 1325, la primera jamás aprobada por el Consejo de Seguridad en que se trataban concretamente los efectos de la guerra en las mujeres, y las contribuciones de las mujeres a la solución de los conflictos y a la paz sostenible.
En la resolución se destacaba la responsabilidad de todos los Estados de poner fin a la impunidad y de enjuiciar a los responsables de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, incluidos los relacionados con la violencia sexual contra mujeres y niñas; y de excluir esos delitos de cualquier disposición sobre amnistía. Se pedía a todos los interesados que, al negociar y aplicar acuerdos de paz, adoptaran medidas para proteger los derechos de las mujeres y las niñas respecto de las leyes locales, el sistema electoral, la policía y el poder judicial.
En gran medida como resultado de la resolución 1325, también se han producido cambios a nivel internacional: hay más mujeres en las misiones de mantenimiento de la paz, se han impuesto reglamentos para proteger a las comunidades locales contra el abuso sexual por parte de los encargados del mantenimiento de la paz, se alienta a los grupos de mujeres a que participen en las negociaciones de paz y los programas de rehabilitación toman en consideración a las combatientes y a las mujeres que acompañan a los combatientes (soldaderas).
http://www.un.org/spanish/preventgenocide/rwanda/sexualviolence.shtml
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