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martes, agosto 11, 2009

Recetas de soberanía alimentaria

Fuente: Tierramerica.


Diálogos
Recetas de soberanía alimentaria
Por Clarinha Glock

No hay alimentos fuertes o débiles, sino complementarios, proclama la
experta brasileña Clara Brandão, promotora de una particular forma de
alimentarse.

GAROPABA, Brasil, 10 ago (Tierramérica) .- En 1975, la nutricionista y
pediatra brasileña Clara Brandão introdujo la "multimixtura" en la
dieta de 13 jardines de infantes de Santarém, en el norteño estado de
Pará, y observó cómo los niños desnutridos ganaban peso, terminaban la
escuela e ingresaban a la universidad.

Preocupada por la sequía, que multiplicaba las filas de los
desnutridos de Santarém, Brandão decidió investigar las costumbres
culinarias locales y fundó la Sociedad de Estudios y Aprovechamiento
de la Amazonia. Con apoyo de otras entidades montó los jardines de
infantes, para los que elaboró una dieta variada y propia, enriquecida
con la multimixtura.

Se trata de una mezcla de salvados de cereales, semillas, vegetales y
cáscara de huevo triturados, parte del principio de que la calidad se
vincula a la variedad y no sólo con la presencia de carne, pollo o
pescado en el plato, explicó Brandão a Tierramérica en esta entrevista
exclusiva.

"No existen alimentos fuertes o débiles, sino complementarios" , es el
lema de Clara Terko Takaki Brandão, nacida hace 67 años en el sureño
estado de São Paulo, en una familia de inmigrantes japoneses.

Se puede enriquecer los platos cotidianos con productos naturales
abundantes en cada estación, lo que fortalece la agricultura local,
mejora la salud y la economía de cada comunidad, sostiene.

Brandão ha divulgado estos conceptos en poblaciones de todos los
rincones de Brasil. Su plan contra la desnutrición, que le valió
premios, se extendió a todos los estados y a más de 15 países. Este
mes visitó Santa Catarina, en el sur, para extender esas lecciones a
escuelas y restaurantes de Garopaba, una playa turística del litoral
atlántico.

TIERRAMÉRICA: ¿Cómo se vinculan los conceptos de soberanía, seguridad
alimentaria y salud?

CLARA BRANDÃO: Comencé a trabajar en seguridad alimentaria con agentes
indígenas de salud de Mato Grosso. Cuando se toca este tema es
interesante incluir la cuestión de la soberanía alimentaria, el
derecho de cada pueblo de usar sus alimentos tradicionales, ejercido
mediante políticas públicas.

Allí empecé el trabajo con las estaciones del año. Por ejemplo, en Rio
Grande do Sul hay prácticamente cuatro estaciones. Entonces podemos
usar todos los alimentos que existen en esa región en cada temporada,
rescatando la cultural local, las plantas medicinales, las
preparaciones típicas, y analizando las enfermedades propias de cada
clima.

En invierno, la cantidad de cítricos de Brasil es inmensa, y son ricos
en vitaminas y minerales. ¿Y qué enfermedades tenemos en esa época del
año? Sobre todo respiratorias. Entonces requerimos grandes cantidades
de vitaminas y minerales, que están disponibles en los productos de
estación.

Así se hace más fácil trabajar la seguridad alimentaria: usted
comprueba que si usa los alimentos propios de la estación y de la
región, además de tener menos agregados químicos, son más baratos,
abundan y responden a la necesidad biológica de promover la salud en
ese período del año.

TIERRAMÉRICA: ¿Cómo aplicar la soberanía alimentaria en la educación?

CB: Hoy distribuimos 37 millones de meriendas escolares. Si hubiera
una verdadera alimentación regionalizada y saludable, en cinco años
podríamos tener una población mucho más activa.

Cuando se diseña una política como ésta, no se toman en cuenta
alergias alimentarias, sobre todo a la leche y al gluten. Y mientras
tanto, la mandioca se cotiza hoy a 87 dólares la tonelada, lo que
significa que el productor está pagando para que nosotros la
consumamos.

Este tubérculo es el único alimento orgánico al que tienen acceso los
pobres en cualquier parte de Brasil, pero difícilmente entra en la
merienda escolar. Una de las razones es su conservación.

Si uno tiene una escuela con 600 alumnos y dos turnos de meriendas, es
imposible incluir mandioca. Entre el momento que se cosecha hasta que
llega al plato del estudiante, se pierde hasta 80 por ciento del valor
alimenticio. Allí entra la cadena productiva y la necesidad de una
política que permita al agricultor entregar la mandioca ya pelada, en
lo posible guardada al vacío, para no perder nada. Entonces
suministramos un alimento de primera calidad y aseguramos que ese
pequeño productor siga trabajando.

TIERRAMÉRICA: De la mandioca nos comemos la raíz. ¿Qué nutrientes se
encuentran en las hojas?

CB: Una investigación de la Universidad de São Paulo mostró que las
hojas de mandioca tienen la mitad del selenio que se encuentra en la
castaña de Pará, a la que no todo el mundo puede acceder. El selenio
es un potente antioxidante, reduce el envejecimiento, mejora la
inmunidad y mantiene la fertilidad.

Si pudiéramos usar todos esos productos que se desperdician, ¿se
imagina el aporte de nutrientes que tendríamos? Con cuatro o cinco
kilogramos de hojas frescas se obtiene uno de polvo, que se puede
guardar por meses e incluso años, dependiendo de la forma de
conservación.

TIERRAMÉRICA: ¿Brasil ha incorporado el concepto de seguridad alimentaria?

CB: El único estado que instauró una Secretaría de Alimentación y
Nutrición fue Tocantins. En los últimos 15 años, se crearon consejos
alimentarios en todos los distritos. Pero se dedican a llenar el
estómago, y lo que buscamos es calidad.

Si la alimentación fuera saludable y balanceada, comeríamos, en
promedio, 30 por ciento menos. Los micronutrientes son fundamentales
en la cuestión de la violencia. Usted puede tener deficiencia de
micronutrientes en el organismo y exceso de metales pesados, como
plomo, mercurio o aluminio.

El plomo tiende a causar hipertensión, se vincula a conductas egoístas
y agresivas. Una dieta diaria rica en minerales, vitaminas y fibras
ayuda a neutralizar una parte del efecto tóxico de los metales pesados
y por tanto a reducir la violencia.

TIERRAMÉRICA: La alimentación puede prevenir enfermedades. ..

CB: Sí. Ahora, por ejemplo, hay pánico por la gripe A/H1N1. Es
importante evitar aglomeraciones de gente. Pero también hay que decir:
coma cinco tipos de frutas y cinco tipos de verduras, aumente la
cantidad de fibras, haga actividad física, tome sol. Ponga limón a las
comidas, porque, al igual que las hojas crudas de color verde oscuro,
tiene mucha vitamina C, que amplía la capacidad de absorción del
hierro y mejora la inmunidad.

TIERRAMÉRICA: ¿Cómo convencer a un restaurante de las ventajas de
incluir estos alimentos en su negocio?

CB: El restaurante debe definir cuál es su propósito, sólo ganar
dinero o también ser parte de un programa para mejorar la alimentación
de la gente. Si elabora un alimento de calidad, puede publicitar sus
productos orgánicos, incluir gráficos sobre la adecuación de las hojas
verdes claras y oscuras, ofrecer sésamo y salvado y mostrar que el
comensal va a ingerir menos cantidad de comida.

Puede informar que con dos o tres cucharadas de aceite de arroz, que
contiene una sustancia que mejora la memoria, se puede reducir el
colesterol hasta en 40 por ciento. Si usted tiene la posibilidad de
saborear un alimento de calidad y aun así ganar, porque come menos,
paga menos y tiene menos probabilidad de engordar, todos ganan.
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